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Como padres podemos afectar profundamente la dirección que toman nuestros hijos con el mal uso de las palabras que les hablamos, con nuestras palabras tenemos la capacidad de moldear el futuro de cualquier persona sobre quien tengamos influencia, en este caso nuestros hijos.

Si quieres que tus hijos sean productivos, y que tengan éxito, necesitas declarar palabras de vida sobre ellos, en lugar de predicciones de mal y desesperación.

Reconozcámoslo o no, nuestras palabras afectan el futuro de nuestros hijos ya sea para bien o para mal. Tenemos que hablar palabras amorosas, de aceptación, palabras que animen, inspiren, motiven a nuestros hijos a alcanzar nuevas metas. Al hacer esto estamos dando bendiciones a sus vidas, estamos hablando de abundancias de incremento, estamos declarando el favor de Dios en sus vidas; pero en la mayoría de las ocasiones hablamos palabras duras que critican lo que hacen nuestros hijos, como: “porque no mejoraste tus notas?”, “vete a limpiar tu habitación, parece una pocilga”, “no puedes hacer nada bien, verdad?, palabras tan negativas hacen que nuestros hijos pierdan el sentido de valor propio, como padres tenemos la responsabilidad de entrenar a nuestros hijos, disciplinarlos cuando desobedecen, de amorosamente corregirlos cuando toman malas decisiones, pero no debemos estar constantemente regañándolos.

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Si hablas palabras constantes de desánimo y desaliento, en poco tiempo destruirás la imagen propia de tu hijo. Millones de personas viven aún los efectos negativos de las palabras de sus padres que les dijeron cuando eran niños; recuerda que si comete el error de hablar constantemente palabras negativas sobre tus hijos, estarás limitando su futuro.

Para todos los padres nuestros hijos son especiales. Nadie los quiere como nosotros. Por ello celebramos con tanta alegría que alcancen una nueva meta: aplaudimos sus primeros pasos, sus primeras palabras, sus primeras amistades…El que nos sintamos satisfechos de sus hazañas y se lo digamos es básico para que se formen un buen concepto de su persona.

Utiliza el poder de la palabra para fortalecer el autoestima de tu hijo

Comparte su entusiasmo. Valóralo y felicítalo cuando te sientas orgulloso por lo que ha logrado, así fortalecer la autoestima de tu pequeño.

Comparte sus observaciones. Pregúntale sobre lo que piensa para que te explique, de ese modo reafirma sus ideas.

Explícale los muchos motivos que tiene para sentirse bien con lo que hace. Hazle sentir que ha hecho un buen trabajo.

Corrige de manera constructiva. Es inevitable que los niños, a veces, nos saquen de quicio. Son momentos en los que debemos corregirlos, pero hay que hacerlo con tacto. Especifícale claramente que es lo que no debe hacer y por qué.

Elogia a tu hijo. Elogiar es bueno, siempre que no lo hagamos por rutina, sino por algo que sea digno de ello.

Toda comunicación con nuestros hijos, debe ser positiva. La comunicación positiva fomenta una cariñosa y verdadera relación entre padres e hijos. Las palabras positivas edifican, apoyan, animan y expresan amor. El niño con padres que siempre les encuentran defectos, se convierte en prisionero de sus propios sentimientos negativos. Pero el que crece en una atmósfera de estímulo, tiene libertad para desarrollarse emocionalmente y está abierto para experimentar cada nuevo día.