Para hablar de éxito con tu hijo/a es necesario caminar el camino. No estoy hablando de tener un Ferrari y llegar a 8% de grasa corporal con un sixpack abdominal, y estar viajando el mundo gracias a tu libertad financiera.
El éxito no se trata de eso. El éxito se trata de que tu vida tenga un propósito y que sientas que vas avanzando, logrando y sobrepasando retos que te obligan a mejorar constantemente. No se trata de placer y comodidad, sino de superarla para obtener un nuevo nivel de vida.
Según esta descripción de éxito, queda en la libertad de cada uno definir qué es aquello que nos inspira lo suficiente y por lo que estamos dispuestos a pagar el precio.
Tu labor al conversar con tu hijo/a no es de aconsejar sino de acompañamiento para clarificar su propia definición. ¿Cuáles talentos posee que probablemente no ve? ¿Cuáles son las creencias que limitan su desempeño? ¿Qué experiencia o impresión transformaría su visión de sí mismo?
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La novedad y las nuevas impresiones son como oxígeno para los jóvenes. Si no la consiguen de forma positiva la encontrarán de manera negativa. Su principal beneficio es ponerlos en situaciones diferentes que reten sus capacidades.
Lo más importante de todo es que te ganes el privilegio de tener esta conversación con ellos. No asumas que ellos te lo deben, gánate ese nivel de respeto. Establece tu idea de éxito y vive acorde a esos valores. Tus hijos están escuchando tus acciones, confía.
Escrito por: Jorge Risk, Coach Comunicacional
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