Escribir bonito o hablar con gracia no lo es todo en la comunicación. La Retórica se encarga de estudiar la forma de convencer y entretener con la palabra, ya sea escrita o hablada.
Hacer una presentación en la universidad o en el trabajo, convencer a un amigo o a un cliente, enaltecer a una multitud o entretener a los asistentes a una fiesta, conversar con nuestros hijos o con compañeros de trabajo, escribir una carta o un discurso, hacer un reporte o redactar un reportaje, hablar ante las cámaras de TV o ante el micrófono en la radio… Para todo necesitamos la retórica.
Para expresarnos de manera convincente y que el interlocutor quiera escucharnos necesitaremos una estructura. La mayoría de estructuras se basan en tres partes principales:
Inicial: Con ella tenemos que lograr que las personas nos acepten, acepten nuestra intervención y se interesen por seguirnos recibiendo. Hay muchos métodos para iniciar, como por ejemplo:
- Inicio de impacto. Se consigue llamar la atención con alguna actuación que aparentemente no tenga que ver con lo que se va a hablar. He usado en ocasiones una llamada telefónica planificada, comienzo a hablar y todos se quedan pensando en mi mala educación, al final hago referencia a algún beneficio que ofrece el producto de mi contratante.
- Inicio con una cita de alguien conocido; será la tesis inicial de nuestra alocución.
- Inicio energizante. Se utiliza alguna entrada o ejercicio para lograr que el público se levante y se interese.
- Etc.
Central: Puede dividirse en varias partes, según el tipo de estructura que usted escoja o cree. Aquí se desarrolla el tema por extenso. Se explica la teoría, la problemática, la propuesta, la conclusión… En fin, se desarrolla lo que uno quiere decir. En esta parte debemos lograr que las personas quieran escuchar lo que le decimos. Debemos entretenerlos, que no significa que se rían, sino que estén atentos a lo que le escribimos o decimos.
Final: Con el inicio lograremos que nos quieran escuchar, ahora es el momento de lograr que nos quieran volver a escuchar. Los finales buenos hacen que quedemos en la mente de las personas y que le den importancia a lo que les comunicamos. Así como hay diferentes inicios, hay diferentes técnicas para los cierres. El cierre nos hace inmortales en cuanto a la comunicación.
En resumen, hay muchas técnicas para elaborar un escrito o un discurso, elija alguna o fabrique la suya. En la segunda parte de este artículo le mostraré algunos sistemas utilizados para lograr escritos y discursos entretenidos y convincentes.
Expresarse de manera convincente y hacer que nos quieran escuchar no es un don, es un arte que se aprende y se desarrolla. Es una herramienta esencial para triunfar en una empresa o para criar con efectividad. Es un elemento indispensable para las ventas y la negociación. Le invito a que lo desarrolle y lo use, le aseguro que le sacará mucho provecho.
Por: Diego A. Sosa Sosa. Escritor, Coach, Consultor y Conferencista dominicano