Seguir y respetar las reglas en casa prepara a tus hijos a entender los límites en la escuela y en el mundo de afuera. Las reglas en el hogar son fundamentales para la educación de los hijos, en la mayoría de los hogares existen y son hechas con el sentido común de los padres.
No necesariamente deben ser iguales, ya que cada familia se supone protege y promueve sus propios valores.
Piensa en tres reglas «sagradas» de tu casa. No es necesario que tú las inventes, porque hay convicciones que traes muy arraigadas. Pueden ser cosas que te enseñaron tus padres, y a veces son cosas que quisieras haber aprendido desde pequeña.
Trata de escribir cada una de estas reglas con un solo enunciado. Por ejemplo: «En mi casa no usamos malas palabras», o «En esta familia, todos ayudamos con el quehacer.»
Haz esta reflexión, para que puedas llevar a tus hijos a identificarse con los valores que comparte la familia. Así las reglas se vuelven una extensión de la personalidad familiar en vez de una serie de arbitrariedades impuestas desde arriba.
Aunque no existen reglas universales muchos especialistas coinciden que las normas más primordiales que se deben imponer desde un principio son:
*Mantener ordenado su cuarto y compartir la responsabilidad de mantener ordenada y limpia la casa
*Asistir puntualmente a la escuela
*Cuidar la limpieza de uno mismo, así como la presentación
*No pronunciar groserías y cuidar su tono de voz
*Respetar las cosas de los demás y cuidar las suyas
*Respeto hacia los sus semejantes y principalmente a padres, familiares y profesores (distinguiendo entre respeto y sumisión; la sumisión debe ser erradicada)
*Las tareas y horas de estudio tienen prioridad sobre las actividades recreativas
*Tener un horario para practicar ejercicio
*No consumir dulces ni comida chatarra
*Lavarse los dientes después de cada comida
*Lavarse manos antes de comer y después de ir al baño
*Inculcarles el amor a la naturaleza y cuidado al medio ambiente.
*La importancia de una buena educación basada en reglas y valores representa para los hijos los cimientos de su porvenir.
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