Cuando hablamos de realizar algo que involucre a otra persona, es imprescindible que adoptemos una mentalidad de trabajo en equipo. En el caso del matrimonio sabemos que cada cual llega con metas u objetivos particulares, pero es exactamente en ese punto donde el verso de las escrituras indica:
“… Se unirá a su mujer y los dos serán una sola carne.” Gen.2:24
Construyendo Relaciones de Pareja Saludables
Estoy hablando de un sentido mucho más profundo que la unidad de dos personas; porque el concepto de unidad se quebranta en el momento que el interés común varía. Una vez logrado que los dos puedan romper con la mentalidad individualista que caracteriza a muchos matrimonios, se hace mucho más fácil establecer metas basadas en el principio de prioridad. Volviendo a las escrituras nos encontramos la guía más eficaz para caminar en base a prioridades, y es observando el diseño divino.
Dios crea al hombre espíritu, alma y cuerpo; este diseño nos invita a operar como equipo, en el establecimiento de metas, ocuparnos en primer lugar en identificar el área espiritual, luego aquella que involucra las emociones o sentimientos (todo tipo de vínculo relacional) y finalmente aquella área que tiene que ver con productividad, imagen, etc.
Pasos a seguir para fijar tus metas
El caos viene a nuestras vidas o matrimonio cuando alteramos el diseño y nos manejamos de forma reactiva a las circunstancias o expectativas de las personas. Pero siempre debemos recordar que todo se trata del trabajo en equipo y la definición del rol que cada cual le tocará ocupar.
Javier Valdez| Pastor y Consejero Familiar
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