¿En que fallamos? es la pregunta de miles de padres responsables, cuyo interés y esfuerzo resultan ser insuficientes para inculcar de manera efectiva los valores relacionados a las buenas conductas.
El doctor José Dunker, productor y conductor del espacio radial la Z en Familia, señala los cambios de paradigmas sociales como la posible explicación al problema de disciplina. En el pasado todos respetaban las reglas del juego porque la sociedad estaba integrada por instituciones que castigaban con dureza las violaciones. La familia era parte esencial de esta estructura.
El problema es que se cometían excesos que afectaban la dignidad humana. Más que un nivel de conciencia, era el miedo lo que operaba en materia de disciplina.
Para este profesional de la salud, el dilema actual de los padres es lograr aquel grado de respeto sin abusar de los niñ@s, ni permitir que se conviertan en los tiranos de la casa. Tanto uno como otro extremos es perjudicial para el buen desarrollo de la familia. Este especialista compartió con los oyentes de su programa las claves para formar hijos sanos
Ser un modelo
No tienes que ser un adult@ y padre/madre perfecto, de lo que se trata es de que seas conciente de tu responsabilidad, del valor de ejemplo como método de enseñanza. Lo que hagas, bien o mal, tus hij@s lo seguirán. La familia debe ser una estructura dentro de la cual el niño se sienta protegid@ e identificad@. Unos padres que establecen reglas y limites que ellos mismos respetan, que brindan a sus hij@s afecto, que tienen relaciones sanas y comparten buenos sentimientos con otros adultos, que tratan de ser mejores todos los días son buenos modelos.
Celebrar las buenas conductas
Descúbrelo haciendo cosas positivas, recomienda la psicopedagoga Emma Carolina Fernández. En la escuela, en la casa, con sus amiguitos, con sus familiares, cualquier iniciativa o buena intención debe ser alabada y agradecida, según sea el caso. José Dunker recomienda no centrarse en el tema de la belleza o de lo material para dar halagos, podríamos estar contribuyendo a crear un visión distorsionada de la realidad, una autoestima alta pero negativa.
Ignorar los chantajes y presiones
Es difícil, los padres siempre están en la línea de partida del regaño, les encanta dejar sentir su autoridad a través de las palabras, peor aún, de los gritos. Pero, nos dice el doctor José Dunker tan pronto das respuesta a un chantaje estás logrando la atención que tu hij@ busca. No ofrezcas explicaciones en el momento de la crisis de llanto y chantaje, lo mejor es ignorarla hasta que pase, así el niño sabrá que tu reacción no depende de sus gritos.