Los conflictos entre hermanos son totalmente tradicionales en todas las familias, en algunas más intensas que otras, todo dependiendo de la personalidad e individualidad de cada niño (a). Es normal que como padres nos preguntemos; ¿Los dejo que se peleen? ¿Es momento de intervenir? ¿A quién le puedo dar la razón?, es una difícil tarea discernir cuando dejar que siga el curso o cuando intervenir para tomar medidas.
Lo importante en este tipo de situaciones es poder ofrecerles a nuestros hijos herramientas que fomenten la capacidad para afrontar los conflictos de una manera más adecuada que los insultos o las peleas.
- Lo primero es *mantener la calma*; recuerda que los padres son modelos a imitar por los hijos, por lo cual deben mantener un comportamiento acorde, especialmente a la hora de resolver conflictos.
- Tu hijo también se puede enfadar: es importante hacerle entender a nuestros hijos que deben expresar sus sentimientos con palabras, que no se debe pegar a nadie ni romper objetos o decir cosas que pueden ofender a terceras personas, más si entender y validar la emoción que están sintiendo.
- La igualdad es una necesidad: NO se debe pretender investigar quien inicio la pelea o quien fue el culpable de empezar el problema, ahí no está la solución. La consecuencia debe ser la misma para ambas partes sin excepciones, ya que no debemos manifestar que en una pelea entre ellos hay un ganador o un perdedor.
- Evitar las situaciones de conflicto y proporcionar más momentos de unión para la familia: es importante propiciar a la familia más estímulos positivos si queremos extinguir los negativos. El refuerzo positivo ayuda a construir comportamientos asertivos, ayudándoles a identificar cual es la buena conducta y así poder repetirla en el futuro.
OJO: Si necesitas apoyo para descubrir lo que altera a tus hijos en su relación, siempre puedes acudir a un profesional que te ayude a localizar el problema y solucionarlo.
Escrito por: Licda. Ana Roselia Romero
Psicóloga Clínica Infanto-Juvenil.