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Como hablamos de “enseñar”, esto solo se enseña modelando. Pregúntese como padre y madre de familia: ¿Qué estoy haciendo para lograr mis metas? ¿He logrado lo que me he propuesto? Si no es así, ¿por qué? ¿Cómo me siento al respecto: feliz, satisfecho, cómodo, frustrado, enojado, inconforme, decepcionado o motivado? Ahora sí, esto vale para nosotros los padres, y una vez lo estemos practicando podemos enseñar y apoyar a nuestros hijos:

Pasos a seguir para fijar tus metas

1. Enfocarnos en las fortalezas, no en las debilidades. Enfocarse significa identificar, darnos cuenta, hablar sobre eso, manifestar y expresar, las cualidades que tenemos, lo bueno que hay, reconocer para qué tenemos habilidades, en qué cosas nos destacamos por encima del promedio. Evitemos “lanzarnos” las debilidades y defectos unos a otros en el hogar y la familia.

Habilidades para lograr el ÉXITO en el siglo XXI

2. Apoyemos las fortalezas y cualidades del punto 1, con lo que nos gusta hacer y disfrutamos. Eso le agrega el ingrediente clave al éxito: pasión por lo que hacemos. Hay cosas que podemos hacer bien y tenemos habilidad pero no nos gustan.

3. Hablemos en positivo. Transformemos nuestra forma de pensar sobre algo, y luego el cómo hablamos sobre eso. Ya sea nosotros mismos, los demás o una situación. Evitando “etiquetar” con frases como “tú eres un…”, “tú siempre…”, “tú nunca podrás…”, “allí vas tú con tus…”, “eso no se puede”, “eso es muy difícil”. Cambiemos eso por la forma positiva de percibir la misma situación.

Comunicación positiva: Hablar y dialogar con nuestros hijos

4. Desarrolle una cultura de servicio en su hogar y su familia: Querer servir a los demás comienza en casa. Entrenar nuestra actitud para que no nos pese llevarle un vaso con agua a alguien, abrirle la puerta, ayudar con la compra, tender la cama, poner la mesa, cocinar, fregar, limpiar un reguero. Y después entonces entrenarnos en dejar la comodidad de la casa para servir fuera a gente más necesitada que nosotros llevando amor, cariño, compañía, sonrisas, como familia e involucrados.

5. El éxito no depende ni se mide por las cosas materiales. Si los padres o los hijos tenemos ese “chip”, mejor cambiarlo ahora porque nos traerá muchas frustraciones. El éxito se relaciona a lo que somos y llevamos por dentro: capacidad, aptitudes, actitudes positivas, humildad, ayudar a otros. Todo lo contrario al orgullo, prepotencia, arrogancia, superioridad, queja, imposición, agresividad, menosprecio a otros. Y esto se manifiesta en como soy, como hablo, mi tono de voz, como miro a los demás y me expreso de otros diferentes a mí.

6. Éxito y logro de metas sin FE, es algo sin sentido. Porque la clave de llegar a lograr algo es vivir ahora como si ya tuviéramos eso, eso es fe! La plena seguridad de recibir lo que se espera y la certeza de cosas que no vemos (Hebreos 13). Así que mientras accionamos, actuamos, luchamos y nos esforzamos, la fe debe mantenerse arriba, eso nos da una actitud de expectativa y no de decepción.

¿Por qué es importante que tengamos altas expectativas para nuestros hijos?

7. Cuando alcancemos nuestras cumbres, montes, éxitos, logros, lo más importante es haber construido tan buenas relaciones con los demás, con la gente que amamos, que tenemos con quien compartir ese éxito. Lograr algo y darme cuenta que estoy solo, hace que cuestionemos si esa persona realmente es exitosa. Darle crédito y honra a quienes nos ayudaron y apoyaron para llegar a donde estamos, decírselo, expresárselo, reconocérselo públicamente. Pero juntos como familia e involucrados.

Ricardo Caña-Especialista en Motivación

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