Hoy en día la mayoría de los centros escolares nos ofrecen una amplia gama de actividades para que los niños realicen fuera del horario escolar. A muchos de nosotros nos entran los agobios de que nuestros hijos no pierdan el tiempo, de que se preparen lo mejor posible y pensamos que cualquier actividad no les cuesta tanto y por ende les ayudará en su futuro.
Sin embargo, debemos recordar que, como en todos los aspectos de su vida, nuestros hijos tienen derecho a decidir en qué emplearán su tiempo libre. Toma en cuenta lo siguiente antes de tomar una decisión:
-Debemos motivar no imponer – a partir de los cuatro años ya el niño sabe qué le gusta más y en qué actividad se siente más cómodo. ¡Escúchalo!
-Ten en cuenta – sus gustos, su carácter y sus habilidades.
-No permitas que tus frustraciones influyan en él – aunque tú no fueras bueno jugando al tenis, puede que tu hijo sea un fenómeno.
-Ten en cuenta el tiempo que le quita – si le apuntas a más de una actividad puede terminar agotado. No se trata de un trabajo extra sino de un momento lúdico y formativo.
-Debes evitar caer en la tentación de utilizar la actividad extraescolar para conseguir algo o para penalizar una actitud.
Para finalizar te recomendamos, que sea cual sea la decisión que tomes, recuerda que con las actividades extraescolares nuestros hijos están desarrollando: la integración en un grupo, el conocimiento y el desarrollo corporal, el sentido rítmico, la estructuración espacial y temporal, la coordinación dinámica general, el espíritu de iniciativa.
Las actividades extraescolares fomentan en nuestros niños la disciplina, la constancia y la fuerza de voluntad, que son de las principales virtudes que podemos transmitir a nuestros hijos, con ellas tienen garantizado el éxito de casi todo lo que se propongan en la vida.
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