A medida que se acerca la fecha del parto, la mayoría de las embarazadas empiezan a experimentar una serie de temores que pueden alterar la forma en la que se enfrentan al trabajo del parto. ¿Te da miedo no reconocer el inicio del parto? ¿Cuándo tendré las contracciones? ¿Serán fuertes? ¿Mi hijo nacerá sano? ¿Llegaré a tiempo a la clínica? No te preocupes, el miedo al parto es el síntoma más común de una embarazada.
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Aquí te ofrecemos algunos consejos para superar los miedos más frecuentes ante la proximidad del parto.
Miedo a no reconocer el inicio del parto. Este miedo empuja a muchas futuras mamás a acudir a la clínica o al hospital antes de la fecha prevista para el parto. Pero no te alarmes el parto te da señales muy claras, llamadas Síntomas de parto:
-Las contracciones cuando se acerca el parto duran unos 40 segundos, con un intervalo de 5-10 minutos, y se presentan durante, al menos, dos horas.
-La rotura de la bolsa de las aguas, la salida del líquido amniótico.
-La expulsión del tapón mucoso, secreción viscosa que indica que el cuello del útero se está modificando.
Miedo a no llegar a tiempo a la clínica. Si la clínica está lejos de la casa, puede crearse el miedo a no llegar a tiempo. Pero no hay de qué preocuparse:
En general, la duración del parto es de unas seis-ocho horas en el caso del primer hijo y de cuatro horas en los siguientes. O sea que tendrás tiempo suficiente para llegar a la clínica.
El dolor es una percepción subjetiva. Cada persona tiene un umbral del dolor. Hay mujeres que dan a luz casi sin enterarse y mujeres que lo pasan mal desde la primera contracción. De todas maneras puedes pedir la anestesia epidural, que elimina por completo el dolor.
Miedo a no escuchar el llanto del bebé. El hecho de que un bebé no llore al nacer no significa que no esté respirando o que le ocurra algo malo. Algunos niños se muestran tranquilos, mientras que otros lloran desconsoladamente. Todos los recién nacidos tienen un periodo de adaptación.
Es normal sentir miedo ante lo desconocido, aunque este desaparece al coger en brazos al recién nacido. Tener información sobre lo que puede ocurrir y saber de qué forma colaborar ayuda a superar los temores.
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