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Miles de padres se lanzan a las tiendas de discos para comprar algún CD con la música de Mozart. La causa está en los estudios recientes que ponen de manifiesto que ésta puede ser de gran ayuda para potenciar la capacidad de aprendizaje de los niños.

Wolfgang Amadeus Mozart, el niño prodigio de Salzburgo, es el modelo a seguir por millones de pequeños de todo el mundo. Sobre todo, es en Estados Unidos donde miles los padres hacen escuchar a sus hijos de la música del genial compositor.

El causante de esta pasión por la música clásica es Don Campbell, un musicólogo de California que, tras investigar durante años los efectos de la música sobre el cuerpo y el espíritu, publicó en 1997 el Libro «El efecto Mozart»; Subtitulada «Aprovechar el poder de la música para curar el cuerpo, reforzar la mente y desatar el espíritu creativo«, esta obra se basa fundamentalmente en los estudios realizados entre los años 1993 y 1995 por la Universidad de California en Irvine.

Los tres científicos Frances H. Rauscher, Gordon L. Shaw y Katherine N. KY descubrieron que al escuchar a Mozart la gente se vuelve más inteligente o al menos realiza mejor los test de inteligencia.

La puntuación de un grupo de estudiantes aumentaba una media de ocho ó nueve puntos inmediatamente después de escuchar la Sonata para dos pianos de Mozart. Este incremento se producía incluso entre los niños a los que no les gustaba la música clásica. Los científicos sacaron la conclusión de que las estructuras musicales del compositor vienés pueden ser de gran ayuda en los procesos de pensamiento.