La dieta en el embarazo afecta al bebé. En el mismo sentido, pero relacionado con las alergias, un estudio japonés ha hallado que consumir frutas y verduras durante el embarazo contribuye a prevenir ciertas alergias en el bebé como el eccema y el asma.
Aumentar el consumo de vegetales verdes y amarillos, cítricos, y verduras y frutas ricas en beta caroteno (las de color rojo y naranja) disminuye el riesgo de que el bebé sufra eccema, una enfermedad inflamatoria de la piel de origen alérgico.
Por su parte, aumentar el consumo de alimentos ricos en vitamina E, presente en la mayoría de los vegetales verdes, disminuye el riesgo de que el bebé sufra dificultades respiratorias, según publicó la revista Allergy.
Se analizaron los resultados en base a las alergias sufridas por los niños al alcanzar una edad de entre 16 y 24 meses. Tanto el eccema como las sibilancias eran más comunes en los niños cuyas madres habían comido menor cantidad y variedad de frutas y verduras durante el embarazo.
No es la primera vez que se vincula la alimentación materna con las alergias en la infancia. Anteriores estudios ya relacionaron a la dieta mediterránea y especialmente al consumo de manzana con una menor probabilidad de desarrollar asma en la infancia.
Si bien las investigaciones no son concluyentes y debe seguir profundizándose sobre la forma de proteger a los niños de las alergias a través de la dieta materna, los antioxidantes y los nutrientes presentes en las frutas y las verduras aportan grandes beneficios tanto para la madre como para el bebé. Son la base de una dieta equilibrada, así que si estás embarazada, doble motivo para incluir cinco piezas al día en tu alimentación.
Por: Fuente Externa