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El trastorno de audición más frecuente es la pérdida temporal leve de la audición, cuando el oído medio se llena de líquido por alergias o resfriados. En ocasiones, una infección provoca que el líquido permanezca en el oído medio, lo que puede ocasionar la pérdida de audición y el retraso en el habla. Hay niños que pierden permanentemente la audición (el niño no oye nada), otros experimentan una sordera leve (el niño oye poco).

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Síntomas de los problemas de audición:
Los síntomas y signos de los problemas de audición que presenta cada niño, son diferentes en cada caso. Pero hay algunos signos que pueden indicarnos un trastorno auditivo:

  1.  3-4 meses: no voltea para buscar el origen de un sonido
  2.  1 año: no consigue articular ni las palabras más sencillas como papá y mamá
  3.  si el bebé voltea a ver quién lo llama sólo cuando ha visto que lo llaman. Este síntoma es confundido frecuentemente con falta de atención o que el niño no sabe quién lo llama, pero puede ser signo de una sordera parcial, donde el niño escucha sólo algunos sonidos.

Los problemas de audición pueden originarse en cualquier etapa de la vida, pueden surgir antes del nacimiento, o durante la infancia. En el caso de bebés prematuros, o con bajo peso al nacer, o los que estuvieron expuestos a infecciones intrauterinas, pueden presentar problemas auditivos con mayor frecuencia que los bebés nacidos a término o con peso normal.

En los bebés, los trastornos auditivos se deben a problemas genéticos en el 50% de los casos.

También existen lesiones, enfermedades, ciertas medicinas y la contaminación acústica, que pueden provocar la pérdida de audición en los niños.

Algunas de las enfermedades que producen disminución auditiva pueden prevenirse con el uso de vacunas como el sarampión, la meningitis. También puede prevenirse el daño cerebral ocasionado por el kernicterus, que es un tipo de ictericia y que puede tratarse con fototerapia.

Los problemas auditivos pueden afectar la capacidad del niño para desarrollar el habla, entorpeciendo la adquisición del lenguaje y las destrezas sociales. La atención precoz de los niños sordos o con dificultades auditivas permitirá desarrollar su máximo potencial en el habla, el lenguaje y las habilidades sociales.

Tipos de pérdidas auditivas:

Pérdida auditiva conductiva
La pérdida auditiva conductiva es común en los niños y puede afectar a uno de los oídos o a ambos. Para que alguien pueda escuchar, las señales sonoras deben transmitirse desde afuera del oído, a través del canal auditivo y el tímpano, hacia el oído interno. La pérdida auditiva conductiva tiene lugar cuando se produce un bloqueo parcial o total que impide el paso del sonido al oído externo o medio. 

Pérdida auditiva neurosensorial
La pérdida auditiva neurosensorial puede afectar a uno de los oídos o a ambos y se debe a problemas en el oído interno o a un daño en las células pilosas o los nervios que se encuentran en el oído interno. Para escuchar correctamente, estas células pilosas y nervios deben procesar y transportar el sonido hacia el cerebro, que entonces percibe aquello que “escuchamos”. Cuando hay pérdida auditiva neurosensorial, las células pilosas o nervios están dañados y no envían al cerebro las señales que se necesitan para escuchar.

Pérdida auditiva mixta

La pérdida auditiva mixta es una combinación de la pérdida auditiva conductiva y la neurosensorial. Su tratamiento depende de la causa de la pérdida auditiva. Se puede emplear una combinación de tratamientos para ayudar a mejorar la audición del niño.

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