Ser madre trae grandes satisfacciones, pero también enormes retos, como cuidar de ti misma en medio de tanta responsabilidad. No debes olvidarte de tus propios cuidados, debes estar en buena condición física y emocional para darles a tus hijos lo mejor de ti, tu rol de madre es importante pero debes recordar que eres mujer.
Acepta que no eres perfecta. Si estás cansada, tienes todo el derecho de expresarlo. Eres humana y tus hijos te quieren porque eres su mamá, no porque seas perfecta. Lo mejor para ellos es que seas una mamá feliz.
Siéntate o túmbate en el piso a jugar. Los bebés y niños de corta edad disfrutan teniéndote a su altura. Procura pasar tiempo en su terreno, leyendo libros, jugando o relajándote con ellos.
Renuncia a tener la casa impecable. Es prácticamente imposible tener todo reluciente y perfectamente organizado cuando tienes niños pequeños. Es preferible dedicar tu tiempo libre a tus hijos que a limpiar.
No tengas prisa en que tus hijos crezcan. Disfruta cada etapa de su crecimiento porque es única e irrepetible.
Sal siempre que puedas de la rutina. Deja de hacer tareas que realmente no son importantes, y de cumplir compromisos no prioritarios. Las madres están con frecuencia tan hundidas en sus rutinas que se olvidan de dar a sus hijos la atención que necesitan.
No olvides a tus amigas. Procura mantener el contacto con tus amigas, aún con las que no tienen hijos. Así podrás hablar de cosas diferentes y no perder tu identidad. Usa las redes sociales en Internet y el teléfono, de vez en cuando pide a tu pareja, a tu madre o a tu suegra que cuide de tus hijos para poder salir con tus amigas.
Cuida tu relación de pareja. No permitas que tus quehaceres y el cansancio hagan que te distancies de tu pareja. Procura ser cariñosa, tener buena comunicación y pasar tiempo juntos.
Encuentra tiempo para ti. No te sientas mal por desear dormir la siesta, ponerte una mascarilla o leer un libro. Date tiempo para descansar de la maternidad, tomate cuando menos 20 minutos diarios para ti misma, para hacer las cosas que te gustan, sin pensar en tus obligaciones de madre.
Sé menos exigente contigo misma. Una madre no es, ni debe ser, una súper héroe. Procura disfrutar de la maternidad y utilizar el humor para sobreponerte a los momentos abrumadores.
Practica deporte. No es fácil encontrar tiempo ni energía para hacer ejercicio con tus hijos, pero es la mejor manera de mejorar tu humor y recuperar la silueta. Evita ponerte metas imposibles, e incorpora el deporte a tu vida diaria. Es mejor que camines veinte minutos cada día a que no hagas absolutamente nada.