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En Estados Unidos la obesidad infantil es un problema nacional. Son alarmantes los números que dan cuenta del sorprendente incremento de peso en los niños menores de 12 años, que los expertos atribuyen a la falta de actividad física y los malos hábitos alimenticios.

Tal es la seriedad con la que se ha asumido el tema, que la propia primera dama norteamericana, Michelle Obama, encabeza el conjunto de iniciativas gubernamentales con las que se busca contrarrestar los altos índices de obesidad en esa nación.

Siendo una mujer de armas tomar, Michelle dio un paso al frente y puso orden primero en la Casa Blanca. Esta semana, sus hijas Malia y Sasha, de 11 y 8 años de edad respectivamente, empezaron un régimen alimenticio, luego de que el pediatra de las pequeñas le explicara que habían superado la curva del peso ideal para su edad.

La esposa del presidente Barack Obama dijo al diario norteamericano Dairy Mail que desea evitar que sus hijas tengan problemas de salud en el futuro a causa del sobrepeso, por lo que ha dispuesto una dieta para las inquilinas mas jóvenes de la Casa Blanca.

En vez de refrescos de soda, a partir de ahora Malia y Sasha tomarán agua y leche desnatada, comerán más frutas y erradicarán casi por completo las grasosas hamburguesas.