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La periodista Martha Queliz nos ofrece un interesante escrito sobre las patologías cardiacas en los niños, las que, descubiertas a tiempo, pueden tratarse exitosamente. Con el título “Los Niños también sufren del Corazón” el reportaje hace un llamado de alerta a los padres para que se mantengan vigilantes a una serie de síntomas como cansancio, debilidad o fatiga constantes que pueden ser una seña de problemas del corazón.

Los Niños también sufren del Corazón

La pediatra-cardióloga, Carmen Lora Cabán aconseja a los padres estar pendientes de sus niños desde su nacimiento, pues acabado de nacer, un pequeño puede venir con fallas en su corazón, las cuales tratadas a tiempo podrían encontrar solución. Para darse cuenta a tiempo de cualquier inconveniente, es importante prestar atención al desarrollo del niño.

Un pequeño que presente cansancio al alimentarse, tenga respiración rápida, gane poco peso o se ponga morado al llorar, puede que tenga una afección cardiaca.

Estas señales de alarma, comenta la especialista, son más que suficientes para que la criatura sea llevada de inmediato a un médico que será quien mediante estudios y pruebas diagnosticará las causas de esa sintomatología.

Por desconocimiento, algunos padres no prestan la debida atención a niños que tienen antecedentes familiares como diabetes, infartos u otras anomalías del corazón, así como obesidad e hipertensión que aumentan sus posibilidades de sufrir males cardíacos.

Una Amenaza: Adolescentes obesos y con hipertensión

Carmen Lora Cabán, pediatra-cardióloga, asegura que en los últimos tiempos ha aumentado el número de pacientes en edades por debajo de los 15 años, con problemas cardíacos, debido a la alta incidencia de adolescentes obesos y con hipertensión.

Cita que otro caso que se está dando en el país, es la aparición de los trastornos takayaso y kawasaky. La primera es una enfermedad congénita que hace que niños de dos a tres años desarrollen aneurismas y sufran infartos. La segunda es muy difícil de diagnosticar, y por lo tanto debe hacerse por descarte. Es decir, que se van realizando diversas pruebas y a medida que van dando negativo y se agotan todos los recursos, se determina qué el paciente tiene la enfermedad de kawasaky.

Las pruebas se hacen cuando un paciente por debajo de 15 años presenta síntomas como fiebre, inflamación de la boca, conjuntivitis, dolor en las articulaciones y músculos, y un ras parecido al sarampión. 

Hay causas adquiridas que provocan problemas cardíacos :

En un momento en que el país registra una alta incidencia de infartos y muertes, es necesario tomar en consideración, que todo el que tiene un corazón está propenso a sufrir lesiones cardíacas.

De ahí, la importancia de que a los niños se les evalúe desde su nacimiento, pues de esta manera se conocerá si hay algún problema de tipo congénito o adquirido, y a partir de entonces evitar que de adulto pueda sufrir ataques cardíacos, sostiene Carmen Lora Cabán, pediatra-cardióloga.

¿Tiene mi hijo problemas congénitos?

Explica que aunque el mal sea de tipo congénito, no hay que temer, ya que en el país existen muy buenos pediatras especializados en la Cardiología, capaces de resolver diversos casos de esta índole. Y, los que no pueden atenderse aquí, son resueltos a través de fundaciones que velan por la salud cardíaca de los menores. Entre ellas Corazones Unidos y Corazones del Cibao.

Respecto a las fallas adquiridas, Lora Cabán informa que cuando un niño viene de una familia con antecedentes de infartos o con problemas de diabetes, puede ser un candidato a padecer problemas del corazón, ya sea en su niñez como en su adultez. Sin embargo, asegura que de las causas más fuertes que llevan a los menores a padecer problemas cardíacos son la obesidad y la hipertensión. De ahí, que resalta que es alarmante la cantidad de pacientes por debajo de los 15 años que son llevados a su consultorio con este tipo de problema.

Agrega que el sedentarismo es otro factor que incide en la aparición de problemas cardíacos. Por ello recomienda una jornada efectiva de ejercicios, así como una alimentación balanceada para reducir la obesidad y la hipertensión y, con esto contribuir a prevenir males cardíacos.

Lora Cabán dice que afortunadamente en los últimos tiempos, los padres se están preocupando por buscar solución cuando sus hijos tienen este tipo de problema, lo que de una manera favorable podría reducir la ocurrencia de infartos en el futuro.

Adicciones
Un punto que preocupa a Carmen Lora Cabán es el uso masivo que en los últimos tiempos, hacen algunos adolescentes del cigarrillo y el alcohol, dos productos que atentan contra la salud, y se convierten en poderosas razones para afectar el corazón.

Esta modalidad ha hecho que contrario a lo que establece la ciencia de la Medicina, de que los infartos sólo deben afectar a personas después de los 20 años, en la actualidad, se han registrado diversos casos de jóvenes por debajo de esta edad que han perdido la vida a causa de un paro cardíaco.

Enfatiza que gracias a que en el país existen muy buenos especialistas en el área, los casos que llegan hasta éstos, pueden ser resueltos satisfactoriamente. Comenta que República Dominicana dispone de una escuela de Cardiología Pediátrica, que es la del Robert Reid Cabral, de la cual han salido excelentes médicos.

Aclara que no son muchos los especialistas que hay en el área, debido a que en el centro no gradúan por graduar, sino conforme a la necesidad que tenga el país de formar a estos profesionales. Allí se apuesta a la calidad, no a la cantidad.

Los soplos
A propósito de las afecciones cardíacas, la especialista cita a los soplos como una condición que muchas personas entienden es desastrosa. En cambio, Lora Cabán, advierte que no es una enfermedad, que un soplo no es más que un sonido que escucha el médico con el estetoscopio, y le permite saber si hay algo serio a lo que deba prestársele atención.

Los hay inocentes, que son los que no implican nada severo, que pueden ser por anemia u otra causa inofensiva. En sentido general, asegura, los soplos pueden ayudar a investigar si hay o no algún tipo de problema.

Por: Carmen Lora Cabán

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