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La psicóloga Kedmay Klinguer nos da las pistas para detectar si tenemos en casa un niño adicto al mundo virtual.

En los últimos años se observa una creciente afición entre los niños y los adolescentes que ha aparecido como un nuevo tipo de adicción o dependencia: la adicción a las computadoras, y a los videojuegos como Play Station, X Box, Nintendo WII.

Una encuesta realizada en 2007 descubrió que el 8,5% de los jugadores jóvenes podrían ser “clasificados clínica o patológicamente como adictos a los videojuegos”.

La adicción se da cuando una persona necesita un estímulo concreto para lograr una sensación de bienestar y, por lo tanto, supone una dependencia mental y física frente a ese estímulo.

Los videojuegos han abordado de manera definitiva su extensión en la Red. Se abre de esta manera un abanico de extraordinarias opciones a las que acompañan algunas sombras que deben ser conocidas y controladas, en especial cuando hablamos de niños y adolescentes.

En este caso, la adicción a los videojuegos (consolas, móviles, ordenadores, etc.) significa una fuerte dependencia hacia los mismos, que se caracteriza por ser una actividad que ocupa demasiado tiempo en la vida de la persona y se continúa practicando a pesar de conllevar consecuencias negativas. La frontera entre un usuario normal y un esclavo de la tecnología está cuando se usa el móvil, por ejemplo, sin ninguna finalidad clara o se prefiere al aparato a una conversación cara a cara, como se está dando con el caso de los BB (BlackBerry) que es la nueva adicción mundial.
internet niñosAlgunos de los aspectos en que padres y educadores debieran fijarse son:

  1. – El niño o joven parece estar absorto al jugar, sin atender cuando le llaman.
  2. – Siente demasiada tensión e incluso aprieta las mandíbulas cuando está jugando.
  3. – No aparta la vista de la televisión o pantalla.
  4. – Empieza a perder interés por otras actividades que antes practicaba.
  5. – Trastornos del sueño.
  6. – Mayor distanciamiento de la familia y amigos.
  7. – Problemas con los estudios.
  8. – No respeta de ninguna manera los horarios estipulados.

Este tipo de dependencia se caracteriza por la pérdida de autocontrol por parte del niño o adolescente que le lleva a jugar de forma compulsiva y obsesiva.

Este trastorno es más común entre aquellos adolescentes con una menor capacidad de autocontrol: adolescentes impulsivos con dificultades de atención y concentración, con escasa autoestima y, a menudo, problemas depresivos.

Escrito por: KEDMAY T. KLINGER BALMASEDA