Aproximadamente a partir del cuarto mes de vida se activan las glándulas salivales del bebé y los pequeñines empiezan a babear en gran cantidad. Este proceso se produce porque ellos no tienen control de su sistema motor, no pueden tragarse saliva continuamente, ni mantener la boca cerrada para evitar que se escape, así que la expulsan en forma de baba.
El babeo se incrementa con el brote de los primeros dientes y suele detenerse cuando ya han salido la mayoría de las piezas dentales. A veces los niños continúan babeando más allá del primer año porque no han completado su proceso de dentición, afirman los expertos de la Webdelbebe.com
Si tu bebe pasa de 20 meses de edad y te parece excesivo su babeo, comunícaselo de inmediato al pediatra, pues en ese periodo se supone que los niños ya deben tener todos sus diente temporales y la persistencia del babeo pudiera ser señal de un problema motor o neurológico que afecta su boca o garganta.
El pediatra lo examinará para determinar si su condición es normal y solo tienes que esperar unas semanas para la baba desaparezca ó si es necesario que intervenga otro especialista par dar un diagnostico más completo.