Enseñemos a nuestros hijos a demostrar su amor de una manera diferente, reforzando los valores de compartir, ser bondadosos y de trabajar en equipo.
Da amor. Abramos los ojos de nuestros hijos a diferentes formas de expresar su amor. Da una gran muestra de cariño a tus vecinos limpiando la calle del barrio, pintando las paredes de las áreas comunes, u organizando una actividad para la comunidad.
Demuestra compasión donando ropa o alimentos a una fundación o iglesia, o adoptando algún animal abandonado en la calle.
Habla de amor. Después de leer con nuestros hijos algún libro ilustrado que hable del amor, inventa diferentes comienzos y finales.
Pídeles que escriban un poema para sus abuelos, tíos o familiares cercanos, que piensen en cuál sería la mejor forma de expresar amor sin que sea algo material, como preguntar, sinceramente, cómo le fue a alguien en el día, o valorar verbalmente sus fortalezas.
Es el momento perfecto para hablar con los niños sobre el amor y el cariño. De hecho, no debemos olvidar que los más niños suelen tener dificultades para poner en palabras sus sentimientos.
Puedes aprovechar el momento para explicarle qué es el amor y la amistad pero recuerda incluir ejemplos prácticos de comportamientos a través de los cuales se expresan estos sentimientos. Ten presente que nuestros hijos tienen un pensamiento más bien concreto y por eso les resulta difícil comprender los conceptos más abstractos.
Elabora manualidades ecológicas. Motívalos a que le regalen un detalle a sus amiguitos con tarjetas o notitas elaboradas con materiales que encuentres en tu casa, como libros para colorear o papel reciclado. Has una corona de san Valentín con flores, ramas y bayas secas. Has collares en forma de corazón con pasta para modelar.
Prueba el amor comestible. Enséñalos a hacer dulces en forma de corazón con cereal orgánico de arroz inflado y una mezcla de coco y miel (un sustituto para los dulces más azucarados). Crea pizzas en forma de corazón o utiliza un cortador de galletas para hacerle esa forma a un sándwich o a un pancake. Haz muchos y los que te sobren repártelos entre tus vecinos o llévalos a un asilo u hospicio.
No dejemos que nuestros hijos vean el mes del amor como una época comercial, aprovechemos el ambiente festivo y enseñémosles con creatividad las muchas formas sencillas y con mucho valor que hay de demostrar el amor que sienten por sus seres queridos y las personas que les rodean.
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