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Para desarrollar habilidades y lograr el éxito en la vida, no hay nada como el trabajo en equipo. Enseñar a nuestros hijos a colaborar con otros, compartiendo responsabilidades y puntos de vista.

Trabajar juntos por un solo fin les puede brindar los siguientes beneficios a nuestros hijos:

Descubrir sus talentos.

En un trabajo de colaboración, se ven las fortalezas personales de cada miembro del equipo.

Por ejemplo, si nos juntamos con nuestros hijos para montar una fiesta, habrá quién es creativo para idear un tema, otra que sabe dibujar y diseñar invitaciones, otro que es organizado para planear tiempos y la colocación del mobiliario, alguien con buen sazón para la comida y finalmente, la persona a quién todos conocen por extrovertido que será el promotor de la fiesta.

Al trabajar en equipo en familia donde todos son valorados por sus contribuciones, cada uno de nuestros hijos puede empezar a ubicar sus propias fortalezas. Tú también te podrás dar cuenta de lo mismo para ir reforzando su auto estima.

Fomentar el liderazgo.

Durante un proyecto en equipo, habrá oportunidad para más de un líder por el camino. Como no todos pueden hacer lo mismo al mismo tiempo, es importante destacar el papel protagónico de cada uno de nuestros hijos en diferente momento.

Desarrollar habilidades de organización.

En un trabajo en equipo, se tiene que seguir una secuencia con tareas claramente definidas para cada persona.

Si nuestros hijos nos ayudan a planear la actividad antes de empezarla, invítalos a especificar cuánto tiempo debe tomar cada parte de la tarea, quién la va a hacer y qué materiales se necesitan.

Enseñar la responsabilidad.

Colaborar en equipo les da a cada uno de nuestros hijos el sentido de la importancia de su parte del trabajo. Sin su contribución no pueden lograr los mismos resultados. Por lo tanto, es importante hacer que todos se sientan con la responsabilidad de cumplir, ya que su esfuerzo es necesario para el éxito de todos.

Mejorar la comunicación.

Para llevar a cabo una actividad en equipo, hay que saber escuchar, dialogar y expresar ideas y sentimientos. La buena comunicación entre hermanos, padres e hijos es necesaria para echar a andar el proyecto y llevarlo a feliz término.

Forjar lazos de solidaridad y unión familiar.

Trabajar juntos les da una meta común a los miembros de la familia. Sacrificar el tiempo personal dedicado a las responsabilidades de la oficina o asuntos de negocios puede ser difícil, pero vale la pena. Tiempo de calidad invertido en trabajo en equipo rendirá grandes frutos: nuestros hijos tendrán la oportunidad de buscar el bien común e identificarse con los valores y metas familiares.

Sentir pertenencia.

Los niños que tienen la experiencia  de compartir actividades y proyectos en familia se sienten como miembros queridos e importantes de un grupo que los acepta incondicionalmente.