Los cambios en los niños pueden producirle, al igual que a cualquier persona adulta, cierta ansiedad ante lo desconocido, pero, ya que no cuentan con la madurez necesaria y todavía no son capaces de valorar o calcular las situaciones que van a vivir, debemos ayudarles a tomarlos con tranquilidad. Para un niño, sus padres son sus bases y sus raíces, somos los que le podemos ofrecer la confianza que necesita en este momento de cambios.
Los padres representan la estabilidad que necesitan los niños
Todas las familias pasan por cambios como, por ejemplo, las mudanzas, cambios de colegio, enfermedades o muerte de algún familiar, o separación. Según sea el caso, el equilibrio familiar se verá más o menos afectado y, asimismo, nuestros hijos pequeños podrían experimentar ciertos síntomas por la influencia de estas nuevas circunstancias: cambios anímicos, aislamiento, dificultades de aprendizaje, etc.
Según la sensibilidad del niño y, sobre todo, de la edad que tenga, los cambios pueden afectarle en mayor o menor medida. Así que debemos ayudarles en lo posible cuando tengan que vivir situaciones que puedan afectar a sus rutinas y a su estabilidad emocional. ¿Recuerdas cuando tu hijo era un bebé y podías llevártelo adonde quisieras, porque mientras estuvieras tú dándole protección y satisfaciendo sus necesidades, era feliz? Pues del mismo modo, un niño más mayor puede atenuar la tensión que siempre provocan los cambios, si se siente apoyado por sus padres y experimenta que ellos están tranquilos. Por el contrario, el nerviosismo que nosotros podemos sufrir ante una nueva situación o experiencia, se lo trasmitiremos también a nuestro hijo.
Los niños, por lo general, tienen una gran capacidad de adaptación ante estados cambiables, siempre y cuando sus raíces o sus bases, que somos sus padres, sigan inalterables. Sin duda, el lugar donde estés con las personas que nos acompañen puede ser importantes para nuestro hijo, pero superar el cambio y volver a la normalidad sin que aparezcan trastornos psicológicos, depende en buena medida de que tenga ciertas cosas que sean inamovibles como una relación amorosa con nosotros o no privarle de privilegios adquiridos previamente. También podemos proteger su situación personal y su estabilidad emocional, si vamos preparándole paulatinamente a superar los cambios que tengamos previstos para nuestra familia.
Por: Patro Gabaldón. Redactora de GuiaInfantil.com