Uno de los grandes retos en cualquier tipo de relación, es el poder mantener la unidad y que la misma de frutos conforme al propósito por el cual dicha relación existe.
Mucho se ha escrito del concepto del trabajo en equipo, partiendo de que es una de las figuras que mejor puede describir la importancia de la unidad. Ahora bien, el reto que tenemos por delante es identificar cuales elementos nos pueden ayudar a lograr dicha unidad y mantenerla.
Un mismo y armonioso sentido de propósito: En las sagradas escrituras podemos encontrar un principio que refuerza esta afirmación, “Andarán dos juntos si no están de acuerdo?” (Amós 3:3) En ocasiones creemos que tener metas similares es suficiente para lograr y mantener la unidad en una relación, pero sabemos que esto implica un nivel de comprensión de los involucrados el uno del otro en la que la comunicación clara y efectiva es imprescindible; donde deben de entrar en un terreno donde cada cual ha de renunciar a lo mío para que se convierta en lo nuestro.
Una determinación de proteger dicha unidad frente a cualquier amenaza. Cada vez son más frecuentes los casos donde vemos relaciones quebradas a causa de no haber detectado la presencia del peligro. No siempre la amenaza vendrá de elementos externos, sino que en ocasiones nuestras propias emociones, experiencias pasadas o pensamientos inadecuados se levantan cual gigante para destruir la unidad que garantiza el éxito de una relación. Debemos ser lo suficientemente sabios para discernir, y humildes para reconocer el peligro y enfrentarlo para detener su avance y efectos.
Te recomendamos leer: Las 12 reglas de oro para vivir en pareja
Un accionar no sólo para proteger o reparar, sino más bien para fortalecer y fructificar.Relata la historia de un pueblo que había determinado realizar algo que al parecer era imposible de lograr, pero por cuanto ellos operaban en unidad, tenían un mismo lenguaje (Comunicación efectiva) y estaban determinados, sólo una intervención sobrenatural pudo detenerles; la clave… crear confusión entre ellos mismos. Es por eso que creo conveniente trabajar la relación cada día como un proyecto de largo término pero de revisión continua, es decir cada tiempo prudente revisar donde se encuentran, hacia donde se están dirigiendo y cuanto han avanzado en cuanto al propósito que dio origen a dicha relación. Hacer esto con frecuencia permitirá realizar los ajustes necesarios al menor costo espiritual y emocionar de las personas involucradas.
Javier Valdez
Pastor y consejero familiar
fjvaldez@hotmail.com
Artículos relacionados:
Juntos… Superando las dificultades
por