Es muy común para estas fechas, el analizar aquellas cosas que nos propusimos a principio de año, pero que por alguna razón no logramos alcanzar. Quiero plantearte algo diferente, y es apoyarnos en aquel pasaje de las escrituras donde el apóstol Pablo dice: “…Olvidando ciertamente lo que queda atrás, me extiendo hacia adelante…” Fil.3:13. Es importante resaltar que aunque él se está extendiendo hacia el futuro, en su presente estaba accionando para lograrlo.
Por lo general en toda relación de pareja se atraviesan diferentes etapas, en las cuales se viven altas y bajas, pero creo oportuno proponernos algunas cosas:
Lecciones que he aprendido en el camino…
A) Que la relación trascienda lo natural; es decir darle a la misma un sentido espiritual, donde más allá de nuestras emociones prevalezca el diseño y la voluntad de Dios.
B) Enriquecer la intimidad emocional entre ambos, procurando conocernos más, bajando un poco el ritmo, y valorar el lugar que tienen los detalles en la relación.
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C) Realizar al menos dos o tres actividades juntos que nos ayuden al desarrollo y fortalecimiento de nuestro matrimonio.
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D) Entre ambos establecer metas en el ámbito material a corto y mediano plazo para ser logradas a través de la entrega y el esfuerzo conjunto.
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E) En caso de tener hijos, procuremos bendecirles a ellos modelando un matrimonio con roles sanos y definidos.
El amor de pareja es la base del amor de padres
Sé que para muchos no resulte atractivo y emocionante emprender estas metas, pero créeme que es impresionante el resultado positivo que obtenemos, cuando tenemos una visión clara y establecemos un plan del cómo y cuándo alcanzar la materialización de la misma.
Les bendigo y nos vemos en nuestro próximo encuentro.
Javier Valdez
Pastor y Consejero familiar
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