La palabra emprendedor es un concepto que se ha venido manejando últimamente en casi todas las sociedades. Si bien es cierto que este término esta tan trillado que más bien parece una moda, debo aclarar que a un verdadero emprendedor lo que lo define es su actitud ante la vida o su forma de ver el mundo. Si partimos desde esa perspectiva, significa que esa semilla puede ser sembrada desde muy temprana edad en nuestros hijos, tanto por los padres como por la escuela. Si bien es cierto que el espíritu emprendedor puede ser innato en muchos niños, tampoco es menos cierto que puede ser aprendido a través de ciertos principios y valores que vayan moldeando el carácter emprendedor de ese niño.
La mejor manera de hacerle comprender al niño en qué consiste ser emprendedor es a través de la práctica misma; es decir, desempeñando alguna actividad que él disfrute pero que al mismo tiempo, represente un reto para él. Una vez finalizada esa tarea comprobará que fue capaz por consiguiente, verá los beneficios que le proporcionó haber desarrollado esa actividad. Es importante que el niño internalice que ser emprendedor es encontrar oportunidades donde otros ven riesgos.
Siete pasos para desarrollar su liderazgo
El objetivo de desarrollar esas habilidades en nuestros hijos, no es que ganen dinero por sí mismos, sino estimularlos para que sean niños proactivos con conciencia social, con cualidades de líderes capaces de trabajar en equipo, así como fundar las bases de una buena cultura financiera.
Por: Carmen Yelitza Romero
Lic. En Educación, Directora Pedagógica Program & Project
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