Podemos estar concentrándonos en algunos ámbitos de nuestra vida, olvidando otros de igual importancia. Para nuestro bienestar debemos mantener el equilibrio de los siguientes aspectos:
La familia. Evaluemos el tiempo de calidad que invertimos en familia, y lo que hace falta para seguir desarrollando el crecimiento familiar.
El trabajo. Determinemos cuáles son nuestras expectativas laborales y qué hacer para encaminarnos hacia ellas.
La salud física y mental. Alimentémonos de forma adecuada, hagamos ejercicios y mantengámonos en un estado de tranquilidad mental, que nos permita llevar una vida sana.
La vida de pareja. Cuando la pareja asume el rol de ser padres, reduce espacios de tiempo para estar juntos, lo que trae distanciamiento y molestias por los desacuerdos que surgen en el proceso de crianza de los hijos, debemos crear tiempo de valor para la pareja, que es la base de la familia.
Las finanzas. Contemos con los recursos necesarios para llevar nuestras vidas de acuerdo a lo que queremos realizar. Va muy de la mano con el ámbito profesional buscar fuentes de entrada y organizar nuestro presupuesto para dividir los recursos de forma adecuada.
Recreación. Realicemos actividades placenteras. Se considera fundamental para la calidad de vida del hombre.
Cuando un aspecto no está funcionando, afecta a los demás. Por ello, llevarlos de forma equitativa nos va a garantizar una mejor calidad de vida y la plenitud que tanto queremos lograr.
Por: Ing. Josmeri Liriano
Especialista en productividad