Desde que nacen, los bebés van demostrando su temperamento. Algunos lloran constantemente, otros duermen bastante y algunos comen mucho mientras que otros no. Los bebés nacen dentro de distintas familias y el entorno va moldeando este temperamento. ¿Determina el ambiente la forma en que un niño aprende a amar y a recibir amor?
La comunicación de los padres, sean casados o divorciados, hace una diferencia en cómo el niño va viendo el mundo. La mirada, los gestos, las palabras y los comentarios son parte de esta comunicación que los chicos rápidamente perciben y va creando un modelo para ellos. Los niños aprenden a comunicarse, a tratarse y a dialogar dependiendo de cómo lo hacen las personas alrededor y de cómo los enseñan a hablar cuando ellos se enojan. Esto lo pueden presenciar en sus juegos de roles, entre los 3 a 5 años; por ejemplo, cómo imitan a sus padres, profesores y cuidadores.
¿Se puede enseñar a amar? Los primeros años de vida son cruciales para ir creando un sentido de pertenencia y de forma de comportarse. Los niños aprenden a amar dependiendo de estos roles que sus padres y cuidadores les van modelando. La forma en que se manejan con ellos y entre ellos, el trato y la forma en que resuelven sus conflictos. A muy temprana edad el niño va sintiéndose seguro y amado dependiendo de cómo sus necesidades básicas son cubiertas.
Cada persona demuestra amor de distintas formas. Mientras más armonioso el hogar de un niño, mientras más se comunican todos utilizando el diálogo como forma de manejar las diferencias y expresar sentimientos e ideas con palabras, con detalles y con gestos; más herramientas obtienen los niños para manejarse en un futuro de la misma manera. Esto puede ayudar a los niños a expresar lo que sienten con seguridad y libertad. ¡Los niños aprenden a dar amor en la medida en que lo reciben y lo experimentan!
Por: Liza Rivas, M. Ed., M.Psic.
Magíster en Psicología Clínica Infantil, y en Educación Parent Coach