Nuestros hijos: nuestros espejos
El tener hijos es en gran parte lo que nos invita a seguir puliéndonos como seres humanos. Son nuestros espejos vivos. En ellos, muchas veces, podemos vernos claramente. En ocasiones el reflejo es agradable, otras veces sólo sirve para darnos cuenta de lo mucho que aún nos falta por crecer.
Cuando modelamos a nuestros hijos, aun nosotros, sus padres, estamos en un proceso de constante mejora y transformación. Les podemos transmitir ese mensaje de que aunque no soy exactamente lo que quiero llegar ser, estoy cada vez más cerca de serlo. Cuando te propongas metas y las logres, compártelo con tus hijos. Cuando te propongas metas y no las logres, compártelo con tus hijos.
Mientras más humana me muestro ante mis hijos, más posibilidad tendré de crear un vínculo afectivo y una relación real de entre dos seres humanos. Y cuando haya pasado la etapa de la crianza, me daré cuenta de que tengo una gran relación con ese ser humano al que también le llamo hij@.
Shirley Pérez