En el cuerpo de la mujer ocurren cambios más frecuentes que en el hombre. Por ser un ser emocional y eminentemente espiritual, inciden en ella los cambios internos y externos, es decir que tanto la parte hormonal, como la social y la familiar son indicadores transversales en los cambios emocionales de las mujeres.
Cuando hablamos de los procesos fisiológicos, es notable como el periodo menstrual, el embarazo, el paso a la adultez, la pre-menopausia y el proceso en sí, además de la post menopausia, conllevan un componente emocional que luego se refleja en distintas reacciones. Por ejemplo, pasan de estar muy felices y risueñas, a ser adultas llenas de traumas que no pueden expresarse porque su rol social les exige de darse y no esperar o recibir, facilitar la vida a los demás, dejándose a sí misma y a sus metas a un lado.
La mujer debe valorarse, permitirse crecer como ente espiritual y social, sentir las emociones, para aprender a manejarlas sin que éstas les afecten su vida.
Por: Dra. Maritza Arbaje
Médico Integral / Psicóloga Clínica