Engrandecer o endurecer a nuestros hijos: ¡tú tienes el poder!
Un científico japonés realizó un experimento en el que llevó el agua del estado líquido al sólido. Durante el proceso de congelar este elemento, a un grupo de los futuros cristales de agua se le dijeron palabras de bendición, agradecimiento y amor, y a otro de odio y maldición. Todas éstas se pronunciaron con intención y emoción fuertes.
Aquellos cristales que se observaron a través del microscopio en el grupo donde las palabras eran de bien, se convirtieron en cristales bellos y preciosos. Mientras, los cristales formados en el grupo de palabras negativas, eran horribles y deformes. ¡Y pensar que cada uno de nosotros es 90% agua!
Esta increíble anécdota es para recordarte que tú puedes hacer la diferencia en el destino de tus hij@s y en las generaciones que se desprenderán de cada uno de ellos.
No olvidemos cómo nos sentimos nosotros cuando nuestros propios padres nos llamaban irresponsables o desorganizados versus ganadores o campeones, o bien, “tú si puedes, voy a ti”.
Por: Shirley Pérez