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Después de nosotros los padres, los adultos que más conviven con nuestros hijos son sus maestros. Durante los nueve o diez meses del año escolar, el maestro o la maestra de grupo tiene un impacto enorme sobre las actitudes, la autoestima y el aprendizaje de cada uno de nuestros hijos.

Aunque la educación empieza y termina en casa, es importante valorar la influencia de los maestros y reconocer su importancia.

¿Por qué son importantes los maestros?

Por el acceso a tus hijos. Cinco días de la semana, durante aproximadamente seis horas al día, el ambiente en donde vive tu hijo dentro de su salón de clases está en manos de un maestro. 

Por su compromiso. Ser maestro es más que un trabajo. Es una vocación que exige la atención constante para que cada alumno llegue a tener éxito.

Por su amor al aprendizaje. Un buen maestro ama su materia y le gusta estar al día, siempre actualizándose por medio de lecturas y estudio.

Por su ejemplo. La influencia del maestro sobre sus alumnos es tremenda. Por eso es importante que los maestros den un ejemplo positivo y confiable, digno de su profesión.

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¿Cómo puedes expresar tu aprecio hacia el maestro?

Confía en él. Obviamente, primero tienes que confiar en la institución y los líderes quienes lo contrataron y lo supervisan. 

Ayuda a tu hijo a cumplir. Dale a tu hijo las herramientas que necesita para cumplir con tareas.

Déjalo trabajar. Interésate, pero mantén tu distancia. El maestro tiene claramente marcados sus objetivos y las exigencias de sus asignaturas, y sabe a dónde tiene que llegar con sus alumnos.

Respeta. En casa, uno de los valores que más apoya la educación de tus hijos es el respeto al maestro. Es importante que tus hijos crezcan con un aprecio especial hacia todos los que ejercen la profesión magisterial.

Agradece. Los buenos maestros invierten su corazón en su trabajo. Más que ningún regalo material, es hermoso recibir las palabras, “Gracias, maestro.” El maestro que es apreciado por los padres y por sus alumnos se motiva aún más a dar su mejor esfuerzo a tus hijos todos los días.

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