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Si yo le preguntara: “¿Qué es éxito?”, seguro que pensaría un tiempo y me daría una buena lista de triunfos que le gustaría alcanzar. Si comparara esa lista con la de otra persona, con certeza se diferenciaría en muchos puntos, aunque quizá tuviese alguno en común. El éxito no es lo mismo para todos.

¿Usted hace 10 años hizo una lista? Búsquela. ¿No la hizo? Hágala ahora. Lo más interesante es cuando comparamos nuestras dos listas. Casi nunca tienen los mismos parámetros. Muchas de las cosas que quisimos alcanzar hace diez años ya las alcanzamos. La pregunta es: ¿Nos consideramos exitosos? 

El problema del éxito es que no es una necesidad de déficit, siempre queremos más. Y qué bueno que es así; de otra forma, caemos en una zona de confort que nos termina desmotivando y quitándole el valor a felicidad. Por lo general, nos dedicamos a evitar malos momentos y el pensamiento sería: “podría empeorar”. 

En mi subida al Pico Duarte en la Rep. Dominicana, a 3,087 metros de altitud, pude disfrutar el camino por varias razones y lo plasmé en mi libro “¡Alcanza la Cumbre!”. Cada paso era un aprendizaje, y cada aprendizaje lo pasaba a la vida diaria. Como en un momento que me sentía tan bien preparado físicamente que aumenté mi ritmo a tal punto que cada pocos metros tenía que pararme a descansar. Le pregunté al hermano menor de nuestro guía que por qué me pasaba eso y me explicó que es mejor ir más despacio, pero con paso constante. El niño de ocho años me dio una gran enseñanza, con palabras simples y sabiduría infantil. ¿Un nuevo aprendizaje?: “Nunca dudes en pedir ayuda”.  

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Esa frase quedó plasmada en el libro, como aquella que uso en mis seminarios de trabajo en equipo: “Si dependes de otros, tu velocidad la impone el más lento”.  

Y de ahí se deriva otra: “Ayuda a los de atrás si quieres avanzar más rápido”. Vivimos en una sociedad y creemos que somos independientes. Sin la actuación mancomunada nuestro ascenso es más difícil y nunca lograremos una décima parte de lo que podemos lograr actuando en conjunto.

También nacieron frases como:

“La cima es el propósito; el camino es el objetivo”.

“Estar adelantado te da la opción de disfrutar sin apresurarte”´.

“Mientras más alto estás, menos oxígeno conseguirás”.

“Tu cuerpo te está pidiendo mantenimiento; cuídalo, recuerda que vivirás en él el resto de tu vida”.
 
En fin, llegar a la cima es un trabajo de mente, cuerpo y alma. Preparación previa es una clave, pero no la única. Recuerde la fórmula aquella: Sueño + Organización + Sistema + Autodisciplina = ÉXITO.

Le recomiendo que haga su lista y aplique la fórmula A para que persiga sistemáticamente la cima que está decidido a alcanzar. No le deje a la casualidad la ejecución de sus éxitos.

Al ver nuestra lista antigua nos damos cuenta que hemos alcanzado muchas de las cosas que queríamos. En nuestra vida encontraremos éxitos que nunca pensamos en alcanzar. Lo importante es disfrutarlos, saber que somos capaces de lograr mucho más y hacer que esos éxitos formen parte del camino que recorremos cada día, ese camino que llamamos felicidad. 

Frase de la semana “Llegar al éxito no es tan importante como disfrutarlo”.

Diego A. Sosa
Coach, Escritor, Conferencista y Asesor.

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