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Si de algo estamos seguros los padres de familia es que de que nos falta tiempo: tiempo para jugar, tiempo para limpiar, tiempo para leer, tiempo para proyectos, tiempo para no hacer nada… Y también somos conscientes de que nuestros hijos necesitan nuestro tiempo: que les dediquemos atención y compartamos con ellos actividades, lecturas, comidas, juegos.

Pero tenemos tantas cosas que hacer que no siempre somos capaces de encontrar esos momentos largos, sin otra cosa que hacer que estar con ellos. Cuando conseguimos sentarnos nos levantamos cada cinco minutos: a retirar la comida del fuego, a contestar el teléfono, a sacar la ropa de la lavadora, a ordenar unos libros que están tirados por el suelo.

Cuando eres consciente de esta locura en la que te encuentras, en la que no tienes tiempo para la casa y para ti, pero tampoco tienes tiempo para tus hijos porque tienes muchas obligaciones que atender… entonces ha llegado el momento de hacer cambios importantes.

Estos son los pasos a seguir:

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Analiza sinceramente para qué mantienes ese caos: ¿para no aceptar que eres limitado y necesitas organizarte porque no llegas a todo? ¿Para escapar de los niños de cuando en cuando? ¿Para sentirte ocupada? ¿Para evitar ponerte a programar, una tarea que te desagrada?

Mira bien en un rato de calma y soledad cuáles son las consecuencias de esa actitud: conflictos con los niños, culpabilidad, insatisfacción, tareas por hacer a las que no llegas, frustración autoimpuesta

Deja de culpar a otros: a las circunstancias, a los niños, a tu pareja.

Planifica con una agenda las cosas de casa (hay opciones excelentes, como esta agenda de organización del hogar).

Reserva tiempo para las tareas del hogar cuando los niños no estén o bien cuando estén ocupados y se entretengan solos.

Usa una bandolera si tienes un bebé y, sobre todo, si tienes un bebé y un hermano o hermanos más mayores.

Involúcralos en las tareas, prepara actividades para hacer juntos o para que hagan ellos, en función de sus gustos y habilidades y de su edad.

Reserva un tiempo largo cada día para estar con ellos –sin hacer nada más-.

Estas son sólo unas ideas, seguro que si te paras a pensarlo y planificarlo bien, encuentras el modo, propio para ti, tu familia y circunstancias, de tener al día las tareas más importantes. Sobre todo encuentras el valor para estar con los 5 sentidos con los niños: te aseguro que es fuente de paz y alegría para ellos y para ti.