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Todo el material literario propuesto a estimular el interés y la capacidad innovadora e imaginativa del niño, es lo que se reconoce como literatura infantil. La cual tiene como objetivo fundamental, aportar la formación emocional, intelectual y espiritual necesaria para el infante.

Hoy en día, a pesar de trascendentales estudios que han reflejado evidentes resultados del progreso significativo que la misma otorga en la evolución humana, aún hay muy poca conciencia de la importancia que amerita el cultivarle la lectura a los niños, principalmente en una de las etapas más fundamentales de su desarrollo.

La literatura incentiva la expresión de ideas y sentimientos por medio de la palabra, estimula la imaginación y la creatividad, provocando que a través de lo atractivo de la gracia, la belleza y la simplicidad que perciban leyendo, proporcione el interés por la adquisición del hábito que necesitan forjar por la lectura, para de esta forma ser capaces de explotar al máximo sus capacidades cognitivas y agilidad mental, para lograr alcanzar cualquier tipo de conocimientos. E objetivo es  que se potencialice en el niño la noción de manejar y relacionar su interpretación de acuerdo a su desarrollo y maduréz emocional basado en sus observaciones, experiencias y vivencias.

Para una literatura infantil que no caiga sobre los niños como un peso externo o como una tarea aburrida, sino que salga de ellos y viva con ellos, para ayudarlos a crecer desarrollando su pensamiento, tendríamos que conseguir relacionar íntimamente tres sustantivos: imaginación – juego – libro.

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Un libro le resulta interesante a los niños, cuando estimula y compromete sus energías morales, toda su personalidad, al igual que hace un buen juguete. Esto quiere decir que el libro debe responder a cualquier pregunta fundamental, a cualquier necesidad real de los niños, ha de ser, en cierta manera, un instrumento de su crecimiento.

Los libros cortos y familiares tienen mucho atractivo para los niños. El ritmo y la repetición de los poemas para infantes, por ejemplo, hacen que los niños sientan como si las palabras y los sonidos fueran sus amigos. Conforme leen una y otra vez sus libros favoritos, se desarrolla otro paso importante, el de juntar el sonido de la palabra con la palabra escrita. Los ritmos y los sonidos que los niños gozan cuando son infantes llevan consigo un valor mayor de alegría: les ayuda a construir su sensibilidad hacia los fonemas, un conocimiento crítico en el aprendizaje de la lectura.

A mi entender, la información implícita que encontramos en la literatura, es determinada por una serie de valores y sentimientos que conforman una ideología; y es por esta razón, que importantes pensadores, definen que la función de la literatura infantil es proporcionarle al niño la identificación de sus intereses, problemas y expectativas, para de este modo él o ella pueda crear su contenido y se acerque al mundo con un compromiso real y verdadero, sustentado por una escala de valores que vayan formando en el niño de hoy, las aptitudes del hombre que en un futuro sea capaz de sostener, impulsar y recrear su mundo.

El niño, desde pequeño, debe acostumbrarse a buscar entretenimiento en los libros de cuentos y poesías; ya que existe mucha evidencia que demuestra que las familias que le dan importancia a la lectura, escritura, y a la forma de hablar, ofreciendo amplias y calurosas oportunidades para la literatura de libros de cuentos, tienden a crear hijos que desde muy temprano son niños competentes e inteligentes. Es fácil ver por qué es esencial que las familias y demás personas encargadas del cuidado infantil, se esmeren en crear un ambiente donde se acoja el disfrute por el hábito a la lectura.

Por: Kedmay T. Klinger Balmaseda. Psicóloga clínica. klinger_psicología@yahoo.es