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La vimos llegar al taller “Cómo educar a mis hijos cuando paso tan poco tiempo con ellos”, actividad inaugural del Ciclo de Encuentros Formativos para Padres, celebrada en el Forum Pedro Mir de Librería Cuesta.

Entre el asombro y el murmullo de los presentes, con toda naturalidad, Doña Margarita Cedeño de Fernández, primera dama de la República Dominicana, se sentó en el segundo grupo de butacas del salón, especialmente dispuestas para las dinámicas interactivas que realizaría la facilitadora del encuentro.

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Al verla tan espontanea, compartiendo lo que le ha funcionado en su hogar en materia de disciplina y escuchando las experiencias de otras madres, no dejamos de pensar que era mujer especial, no por el cargo que ostenta, sino por sus cualidades humanas que la han llevado a desarrollar decenas de programas de apoyo a la estructura familiar a través de su despacho.

Esa noche conocimos de cerca a la mamá de Yolanda América, Ramón Emil y Gabriela Angellisa, quien confesó que ha tenido que emplearse a fondo para manejar el tema de la diferencia de edad de sus hijos, para dar ternura y poner límites claros a la chiquita de la familia, de ese amor y control que canta el poeta.

“Madre, Esposa y Primera Dama, ¿cómo puede conjugar todas esas facetas?

Margarita Cedeño de Fernández: » Es muy difícil, pero cuando sabes deslindar una de la otra y organizarte, eres capaz de llenar cada una. Somos seres humanos integrales con roles diferentes. En cada rol Margarita Cedeño es Margarita Cedeño, y todos son importantes, aunque te diría que mi base y sostén es el de madre y esposa, con una formación de abogada y una vocación de servicio como Primera Dama”, Margarita Cedeño de Fernández, Huellas Digital 2007.