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A muchas mujeres les surge la inquietud, al padecer alguna enfermedad infecciosa viral como la gripe, si se debe interrumpir la lactancia mientras se esté con esta enfermedad. En todos los casos se debe continuar amamantando normalmente.

Al amamantar a tu bebé, la leche le transmite defensas contra los agentes causantes de la infección, de manera que si se contagia de gripe esta lo afectará muy levemente, aunque lo más probable es que no contraiga la enfermedad. Además la gripe generalmente se contagia antes de que aparezcan los primeros síntomas y en esta etapa ya es muy tarde para prevenir el probable contagio al bebé. Al interrumpir la lactancia en esas circunstancias, el bebé estará expuesto a la enfermedad, sin las defensas que necesita para combatirla.

Este beneficio es aún más notable en bebés de corta edad cuyo organismo y sistema inmunológico aún inmaduro no es capaz de crear las defensas necesarias para combatirlos ellos mismos.

Cada vez que nuestro organismo aprende a combatir uno de esos virus les estamos transmitiendo a nuestros hijos a través de la leche materna esas valiosas defensas para ayudarlos a combatir la enfermedad. Podemos decir que los estamos VACUNANDO contra esos virus.

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Se piensa que parte de los gérmenes y virus causantes de la gripe y resfriados pueden pasar a la leche materna, pero no es así, la leche materna no es un medio de contagio de estos virus, si lo son la saliva y las mucosidades y el principal medio de contagio está en los estornudos y la tos, los besos, las manos, etc.

Por eso es tan importante mantener la lactancia materna durante los resfriados y gripes de la madre lactante, ampliable también a otras infecciones del sistema digestivo como la gripe estomacal, diarrea y gastroenteritis virales y de infecciones como la amigdalitis.

Eso si, durante este periodo hay que mantener una correcta higiene, procurar no toser ni estornudar al aire y lavarnos las manos a menudo, ya no solo por no contagiar a nuestros hijos sino al resto de familia y personas que tenemos alrededor.

El cuerpo humano es tremendamente sabio y está preparado naturalmente para superar estos tipos de virus creando los anticuerpos necesarios y de, como no, transmitirlos a nuestra especie a través del acto más natural que existe: La lactancia materna.

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